Las nuevas tecnologías han supuesto un enorme
cambio para la vida en sociedad. Uno de los aspectos en los que más han
influido estas es en el pensamiento crítico de las personas, condicionando,
según la fuente seleccionada, algunos de tus ideales. Por otro lado, las TIC (Tecnologías de la Información y
Comunicación) han propiciado la integración e inclusión de los
colectivos más desfavorecidos.
Sin ir más lejos, el colectivo de personas con
necesidades específicas de apoyo educativo, ha trasformado su vida y todo lo
relacionado con el proceso de enseñanza aprendizaje gracias al empleo y la
introducción de las tecnologías en el ámbito académico, que permiten
incrementar las relaciones interpersonales y promover una calidad de vida
óptima, evitando así la exclusión y favoreciendo, por tanto, la inclusión. Es
decir, las tecnologías para las personas con discapacidad no son concebidas
como un soporte, sino como un recurso significativo del que pueden extraer
numerosos aprendizajes funcionales, aplicables a su vida diaria.
En la actualidad, el auge de las nuevas
tecnologías supone un camino alternativo a la intervención tradicional. Frente
a quienes defienden una educación más antigua, basada en la transmisión oral y
escrita de los conocimientos, se hace patente la necesidad de incorporar las
nuevas tecnologías a la educación, en concreto, a la educación social.