En la
actualidad, el auge de las nuevas tecnologías supone un camino alternativo a la
intervención tradicional. Frente a quienes defienden una educación más antigua,
basada en la transmisión oral y escrita de los conocimientos, apoyándose
siempre el docente en el libro de texto, se hace patente la necesidad de
incorporar las nuevas tecnologías a la educación. Por esto es necesario llevar
a cabo planes de investigación y formación con el objetivo de mejorar la
calidad de vida de estas personas y de su entorno, llegando así a lo que se
conoce como inclusión, es decir, el problema lo tiene el entorno que no
presenta los recursos suficientes para dar respuesta a este colectivo y no el
individuo. Los centros educativos deberían priorizar la introducción de
recursos vinculados con las nuevas tecnologías, con la finalidad de atender a
la diversidad presente en el aula y llevar a cabo aprendizajes más experienciales.
Por tanto, los profesionales deberían llevar a cabo una formación activa y
permanente en este y en todos los ámbitos que conciernen a su profesión.
Así mismo, es
recomendable la detección temprana de estos casos pues supone un punto de
inflexión de la calidad de vida de las personas con autismo, fomentando un
incremento de los beneficios en las mismas personas y una disminución de los
costes sanitarios y educativos.
En la misma
línea, es importante destacar que son numerosos los obstáculos que se presentan
en la evaluación, ya que las herramientas diseñadas para el reconocimiento de
este trastorno requieren de profesionales cualificados, por ello es tan
necesaria una mejora en la intervención educativa y sanitaria.
Referencias
Bedia, R., Primo, P., Aguilera, E., José Santos, B.,
Cilleros, V., Ferrari, J., De la Paz, M. (2006). Early detection of autism. Psychosocial
Intervention, 15(1), 29–47.
Albores, L., Hernández, L., Díaz, J. A., & Cortes,
B. (2008). Dificultades en la evaluación y diagnóstico del autismo. Salud
Mental, 31(86), 37–44.
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